Las cosas continúan siendo interesantes,
porque nos interesan, y entonces...
no nos damos cuenta de lo andado,
porque lo hacemos desde el placer y lo atractivo...
Un buen hotel es un remanso de paz,
sobretodo si está bien insonorizado,
y dispone de los departamentos adecuados,
para cada menester de las habitualidades...
Una partida de ajedrez, unas cartas, una lectura,
una cervecita, algún comentario banal...
Quizá, una media programación para mañana,
o un elogio al último restaurante de Figueres...
Mañana toca Calella y algún alrededor,
y luego, ducha y paz de hotel,
previo garbeo nocturno... quizá discreto.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada