Tus ojos felinos, rasgados, errantes,
como surtidores de esencia en delicias,
o como espejos generosos de contemplación,
o mejor, un marco de pasión donde vivirla.
Me encanta hablar de la belleza felina,
es una proclama de armonía en suavidad,
una firmeza majestuosa y libre.
Tu marco es un bosque con río,
con aires cercanos de un mar que acaricia,
y por allí, cual dulce tigresa, jugando,
persiguiendo trinos de pájaro en celo,
eres sueño y complacencia del buen gusto.
Quien no se rinde en felices amores
viendo tus ojos felinos, rasgados, errantes…
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