Que pena, no... triste verdad la de aquel
que busca gozos en las sombras,
el que cabalga haciendo muda la verdad.
Penoso el que no puede dormir, porque...
su conciencia da saltos de inconsciencia.
Que fatal lo del deber incumplido,
que te amueca el rictus y te activa el desángel.
Patética la vanidad y la impostura,
regada de orgullo y vileza profundos,
que te aleja del orden y el sentido vital.
Cruel la sinrazón del descosido naufrago,
que hace ascuas de cordura en el infierno.
Trémulo todo lo impúdico y banal,
como gusano sin cuerpo, verso sin poeta.
Triste trastienda de la felicidad…
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