Solíamos sentarnos juntos,
como una inercia natural,
una afinidad en el decir...
Los sitios en clase, siempre juntos,
casi tenían propiedad de a dos,
y las clases, sentido a dos.
Todo era un eficaz complemento,
asintiendo en ti contra el mundo,
y yo contra el mundo, por ti...
Fuimos amigos pese a tu melena rubia
y ojos verdes, que invitaban a más,
estábamos tallados en la misma esfera,
como un pareado en concierto afinado,
pero no éramos polos opuestos,
no hubo atracción, sólo amigos,
aunque cueste creerlo... muy mucho!!
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