Un brindis por los ríos enamorados del mar,
y otro, cuando éste los acoge con abrazo tierno,
de suave ola que se deshace en sales y azules...
Abrazo la firmeza de las olas lanzadoras,
que en cada sueño visible te acercan
al más allá del horizonte,
donde habitan los anhelos posibles.
Me emocionan las brisas que acarician,
los pétalos de las rosas amarillas,
que parecen una culminación de los delirios.
Me pongo a mil de paz y tormento
cuando escucho un bolero con tintes de tango
y me lo bailo en burbuja, pero...
un día me levanto y lo gozo.
Me gusta el terciopelo en melodía dulce,
que se desprende de la voz pausada,
de una mujer enamorada... de mi.
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