He vestido el jardín de Heliotropos,
para que acompañen a las rosas
y compitan con los claveles de antaño.
Jardín, creación humana, inhumana,
con buena intención, por supuesto,
pero, sólo una ubicación artificial.
Me encanta internarme en el bosque,
hasta donde la influencia humana
ha perdido el aroma y la noción.
A veces, el jardín es como un zoo,
donde contemplar la naturaleza domada,
buscando espacios asequibles
para garantizar su perpetuidad.
Suelen ser preciosos, pero yo prefiero...
un sendero en un monte perdido,
oliendo a humedades de aguas naturales,
y escuchando cánticos de pájaros en libertad.
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