Penoso, jóvenes y sin problemas aparentes,
dialogando con estridencia con el alcohol.
Es la forma de hacerse mayor y madurar,
un suponer, que tiene la insensatez absoluta.
Durante el día, llenan la playa, casi formales,
de uniforme, algunos, formando equipo,
y con visos de criterios más razonables,
pero cuando oscurece la tarde, muestran,
su proceder etílico, y su descontrol patético.
Beber no es hacerse hombre...
ni en Lloret de Mar, ni en Salou,
ni en ninguna parte…
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