Para algunos, la luna de sol prestado
es un espantoso ojo amarillo chafardero...
Para otros, es un atardecer en progresión
de encantos que se resiste a terminar
una noche maravillosa de amor...
Parece que la luna va de copas
y, a veces, se columpia en sus oscuros
y, otras, a penas llega al cuarto menguante.
Otras, sin embargo, parece satisfecha
como si hubiera absorbido el sol...
Alguna vez, va crecida
y se hace agradable compañera de los sueños,
o vigilante inoportuna de algún beso...
La luna, donde estaban algunos de mis alumnos,
y a mi me hubiese gustado acompañarles...
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