A veces, hay días en que me gustaría salir...
de la tranquilidad habitual, del sosiego,
e incluso del equilibrio, para bailar con la sorpresa.
No es que vaya buscando viruelas ni el octavo arte,
pero incluso la belleza de la lluvia tras los cristales
concede monotonía, como diría el poeta...
Quizá, un día de esos, improviso,
buscando porciones de belleza natural...
¿Me acompañas amiga, compañera de siempre,
y nos vamos por un bosque nuevo...
donde ya no viven nuestros primeros suspiros,
y allí danzaremos al compás de los latidos actuales?
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