Para los que tienen fe y son creyentes, dicen que a San José, cuando fue padre, le floreció la vara y amaneció en su vida.. Pronto, en su carpintería, tuvo ayudante y, como todos los hijos, éste también se marchó... en este caso para ocuparse de las cosas de su Padre... pero eso son cuestiones de fe, siempre respetables.
No sé si a mi padre le floreció la vara, pero yo recuerdo su abrazo, con demasiada fuerza, notaba su amor sin medida y aguantaba su alma crujiente de huesos en música. Padre, referencia, ejemplo, refugio, compañero eterno de interiores, luz urbana, e incluso en el bosque, oportuno puente. Padre, mi corazón siempre te abraza... y con la fuerza con la que a ti te gusta...
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