El Francolí viene crecido, caudaloso,
rápido, casi azota las hierbas...
que, no ha mucho, crecían en su interior...
Parece que las gaviotas y los estorninos
juegan a que la corriente les columpie
sus pesos de paja volátil, vacíos...
El agua se adorna con suave ruido
y parece que gime de contentos felices...
Un césped mojado de lluvia reciente,
pide pelota y partido de fútbol,
o atletas, o simplemente paseo,
de aquellos de a dos de la mano...
El Francolí, es a veces un río, otras,
un sendero árido y tranquilo...
El Francolí, siempre un amor... para el amor.
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