Me buscaré un mar con amapolas,
de aquellas que se escapan del trigal,
por seco y triste y solitario…
Un mar donde las sirenas juegan…
a ser monitoras de los juegos azules,
entre flores y peces payaso…
Y, en las calles abiertas de avenidas profundas,
me encontré con la lluvia fina,
que es reflejo de suspiros sin lamento…
Allá por lo recóndito de los corales,
veré pulular a otras semejantes,
que, como yo, caminan firmes…
por los surcos de las olas benignas,
entre peces y flores rojas de visita…
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