Un vientecito húmedo y pacífico
hace volar los pétalos de las rosas...
Parece ser que los blancos se despegan antes,
los otros son rojos, de sangre poco azul,
o amarillos de esperanza profunda...
Algunos llegan al campo de almendras,
donde suavizan mis pasos reflexivos.
A las abejas les encanta mis brillos de cabeza,
y no reparan en que hoy es mi día,
y me tengo que hablar de muchas cosas.
Así que me doy la vuelta
y me voy al huerto, con higuera generosa,
y me siento en un repliegue con sombra,
y te pienso y te siento a mis anchas...
y tus respuestas son higos con gotita de miel...
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