dilluns, 3 de novembre del 2014

Conozco un rape...

Siempre les hablo de las rosas blancas,
que se forman en las crestas de las olas…
Incluso de los nidos donde habitan las sirenas
que huelen a jazmín y a laurel seco…
Suelo contarles de las lágrimas felices,
de las ninfas que endulzan las aguas…
Mar amiga, donde los peces no van a la escuela,
y en su inmensidad profunda sin surcos,
y sobretodo sin hombre y con algas,
viven sin industrias ni gobiernos
por entre los vaivenes de las aguas…
Mundo inmenso, sin metro ni humo…
Mar que cautivas a los sueños,
hecho y dejado estar… no del todo, pero…
conozco un rape que no se queja… demasiado.

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