Es el día de fiesta y de puertas abiertas.
Los comercios ya venden turrones,
regalos de niños, amores muy grandes...
Se prepara el árbol, se encienden las luces,
se sale a la calle con gracia y abrigo...
¿Y si le sorprendo con lo que no espera?
¿Y si le cuento, en papel de misterio,
soplos de mi alma, luces, deseos?
Eso ya lo tiene, eso no le atrae.
¡Eso!, seguro que le llega adentro,
allá donde acoge los trinos sinceros...
Y, así, con la sonrisa renovada,
y en tiempos de la felicidad oficial,
uno piensa...¿por qué no es domingo cada día?
Domingo cada día y mañana... Navidad.
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