Por la ventana huele la noche,
una brisa fría pasea los efluvios
de alguna fábrica indiscreta,
de los camiones que vacían contenedores
o, simplemente, de los respiraderos humanos
encerrados en la paz o la guerra de sus hogares.
La humedad concretó su progreso… llueve,
parece que los tintes circulantes
van a tener su aclarado y limpieza.
La noche sigue su paso otoñal,
caen las hojas y las lluvias,
y algunos vientos las vuelan,
y el agua las hace alimento de su árbol.
Sí, por la ventana huele a noche y a vuelo,
vuelo de los efluvios de la vida…
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