Cuando el otoño se viste de invierno,
y asoman los primeros fríos con lluvia,
y la nieve se principia y amenaza
en bajar de sus blancas montañas,
es cuando me encanta ver el mar,
y busco la roca con piedra asequible,
y miro hasta el horizonte lejano,
donde todo es azul y musical…
Parece que el sol hizo la sal, huele a sal,
todo suena a desierto desahuciado,
pero a mi me acoge y me respiro bien
entre las libertades húmedas en soledad.
No huelo a cremas ni sudores varios,
sólo a nostalgias y suspiros de verano…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada