diumenge, 1 de febrer del 2015

Y yo sin enterarme...

De repente te das cuenta, reparas,
que se acabó el paisaje controlado,
y que, detrás de las montañas,
sólo existe la lejanía de un suspiro.
Ya no controlo ni te espero,
ni remojo mi presencia de alivios
para que veas en luz mis desaguisados.
Tú circulas por mi confianza,
y ésta se disfraza de fingido olvido…
y yo te regalo violetas anónimas,
y tú no me lo cuentas…
y yo no circulo por tu confianza.
Quizá se nos pasó el arroz
y se echaron a perder los ingredientes,
y yo sin enterarme, y tú… tampoco.

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