Quiero, a la sombra de un níspero,
oler los azahares en flor…
y perderme por las vidas profundas
de otros tiempos felices e intensos…
Un huerto con maíz americano, alto,
y, en algún lugar, una base de melones,
donde su desfachatez se salía
del entorno habitual desafiante…
Y la nostalgia te lleva a la niñez,
y a mi padre y al huerto,
a la bicicleta con cesta y capazos
para los frutos y verduras…
Yo, con perdón, vigilaba el agua
para que llegara al final del surco…
mi padre cambiaba de surco
y, después.., mi madre esperaba,
ansiosa, con la comida hecha…
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