Una chispa indefinida produce la explosión,
después, de entre el humo, aparece el diablo,
en su forma bella, rica, consentida…
La niña tenía su corte y su ego,
se columpiaba entre la adulación…
y un despotismo nada ilustrado.
Era todo un montaje de casta y rango,
con los compañeros provistos de elección,
matrimoniables cerca, pesca recíproca,
como olla enriquecida o devaluada…
La chica era todo un atentado a la cordura,
y en algún momento la vi víctima,
sujeto pasivo de la incoherencia fatídica.
Al final, se casó con el rico de turno,
más idiotez y más fortuna acumulada imposible.
vi a los padres felices, ellos… no tanto.
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