Su cuerpo espléndido y generoso
se preñaba de futuras explosiones
en su lucha constante con sus prietas ropas.
Cabello en bandolera, botas y caballo,
nervio sobre arrojo, brío, furia vital…
Alguna vez la imaginé dentro de un vestido,
e incluso sin vestido, pero no crean…
sin malicia, sólo por el arte de las “gracias”,
aunque no fueran las de Rubens…
Hubo una especie de puesta de largo,
que también hacen los pobres en verbena,
y se vistió de virgen blanca con luz,
y las rosas se asomaron expectantes,
y a un trasfondo de jazmín,
lo enriqueció un romero…
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