Me pregunto si no hay poesía
en el vaivén del mar de los arrozales,
en la amapola que despunta
entre inciertos inseguros en el trigal
y que parece una estrella entre...
sofocos crujientes de espigas de meseta.
No hay poesía, me pregunto,
en el vuelo, cual papel u hoja,
de una paloma con gemido enamorado
y rama en el pico que construye nido
en un supuesto cielo de verdades…
Nunca me pregunté si en ti había poesía…
ya me lo había contado Bécquer.
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