Los fríos vacían los paseos,
sólo algún intrépido contempla…
Los amarres de los yates de lujo,
el Azzam, el Katara y alguno más,
no tienen gaviotas descansando,
ni alguna osada catando fortaleza,
detalle que los deshumaniza un poco.
Evidentemente, no están al alcance,
al menos de la mayoría de mi entorno…
Las palomas que conviven con gracia
con otras aves del puerto, buscan…
y encuentran algún espacio protegido
donde les visite el sol y el aire no pase.
Los fríos… los peores son los del alma.
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