que igual podría ser una primavera…
incrustada en un otoño trepidante,
que en sus respiros olía a romero en flor…
Quizá un atisbo de verano,
que adecentó los mediodías crudos
de un invierno que, cual Neptuno,
raseó con carro los fríos, la vida…
Allá por los tiempos aquellos,
donde la tarde amanece en luna,
donde la gracia despierta en sonrisa,
donde los destinos se hacen horizonte..
Mi paseo, siempre contigo, me lleva, te llevo…
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