Me abrazó como la hiedra a la pared,
su sonrisa me golpeó el alma,
con sus ojos incendió el sentido
y hubo un estallido de estrellas…
y las mariposas quedaron atrapadas.
Me besó, como si no importara el respirar,
como quien ofrece sus esencias sin reserva.
Me fijó en un envite a corazón abierto
y volaron las dudas y los misterios…
quedaron colgados al sol de la pureza.
Propició la distancia más corta,
aquella donde se magnifica lo auténtico…
Pese al calor, olía a verdad y a delicia…
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