Habló el abanico indiscreto,
se le cayó el pañuelo charlatán,
reclináronse los ojos verdes
ofreciendo e invitando a inicios…
Y hablaron los entornos,
y se activaron las voces no verbales,
y se transformaron los lamentos,
y se alinearon los suspiros de las rosas.
Calientan los motores del alma,
explotan los sentidos sentimiento,
se colorean las mejillas pálidas,
y el sol hace arco iris
con aquellas lágrimas fluidas,
que ya son recuerdo…
Mejor… olvido…
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