Las cometas saben que, para ascender,
tienen que vencer al viento…
luego, quizá, se acoplan y conviven.
Él, pese a su amor, la dejó…
por las circunstancias en contra,
y se lo contó a su sabio padre…
¿Desde cuándo las circunstancias
son un impedimento para el amor?
le respondió su padre…
Las penas y las alegrías
nunca vienen solas,
sino que se les llama…
¿Verdad que suena cierto
y bonito todo esto?
Una invitación a la reflexión,
a la esperanza, al sentimiento…
Muy sabios, los chinos… ¡sí señor!
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