Una ola discreta y jovial
me trae un lamento de sirena.
La barca no salió del puerto
y el pescador ya no llora en la popa…
Tristeza de sirena enamorada
de las lágrimas de un amor de mar.
Llorar con las lágrimas de otro…
eso es llorar, pese al mal tiempo.
Una barca a la intemperie y sin control,
sirena al agua en descontrol suspirando
por la barca en calma y sin regreso
del pescador pescado…
Cuántas veces los amores imposibles
andan también sobre las aguas…
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