En una noche sin luna y sin nubes,
el cielo se puebla de estrellas…
Son como guiños a la Tierra madre,
base donde aterrizan...
los vuelos de los sueños.
De ti, planeta, misterio alucinante,
por donde más que perderse…
se encuentra y abraza la diversidad,
me quedo con las flores de un jardín,
imaginado en un bosque en el desierto.
De la Tierra, planeta de lo frondoso,
me circulo entre los ríos de montaña,
con nervio y con bravura,
hasta los meandros más pacíficos
de la llanura verde,
o en la desembocadura…
cerca de un mar acogedor,
que sabe a sol y a sal y a azul del cielo.
Tierra, que surcan en huertos de arte,
para que generes aromas para el alma.
Planeta amigo, que ofreces caminos,
senderos que conducen...
a las soledades acompañadas.
Tierra, que eres realidad, pasión, energía,
paz, luz, fuego, trascendencia…
y, otras veces, asomas indiferencia amorfa.
De todas formas, te amo, planeta azul,
adoro, ya lo sabes, los mares en invierno,
los bosques en otoño, los jardines…
con fuente, nenúfares y ranas,
los ríos con delta por donde vuela la vida…
a lomos de los pájaros en libertad.
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