Recuerdo el alba y la espera,
haciendo de la esperanza vida.
Hablé con los espejos,
y me interné por los espesos de la selva
que siempre me conducían a ti.
Y te acerqué, siempre de lejos,
y te viví en mi sueño de día,
y te gocé en utópica proximidad mental.
Te recuerdo...
allá por el séptimo suspiro interminable,
fue una vida, antes de la vida plena…
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