A veces, es espectacular contemplar
la expresión en brote primario
de los sinceros del alma,
que no entienden de prudencias,
ni precipitaciones,
y salen con la fuerza de la verdad,
que es bravamente incontenible…
Un te quiero a flor de piel,
un lo siento, con lágrima invisible,
un mirar a los ojos fijamente,
una explosión de esperanzas,
con el verde subido a punto de eclosión,
un frente a frente, al fin, sin excusa,
sólo rosales por testigos, y todo el aliento...
de los brotes espontáneos más primarios.
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