El amor llega, aparece, resplandece,
y no siempre por un impacto deslumbrante,
como un sos de socorro interferido.
El amor, a veces, surge de un contacto no pactado,
donde vas descubriendo matices
que en un principio no considerabas,
y que, poco a poco, te vas embebiendo
hasta quedar embriagado...
de todas las similitudes inimaginables.
Uno, llegó a ver linda y moldeada, dulce y atractiva,
a una niña que, de lejos, me parecía esquiva,
reacia, sin mucho atractivo ni belleza explícita…
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