En el Delta, la tierra toma color de agua,
y pronto la siembra empezará a verdear,
y mi tierra, que se recrea en los colores,
empezará el bello ciclo donde la belleza
renace y la vida cobra vida.
Los canales llenos, las tomas abiertas,
la tierra embebiendo, los desagües aún vacíos,
todo es primavera, principio,
y los primeros polluelos asoman,
aún inciertos, por los cañaverales del río.
Mi Delta del Ebro, agua y verde,
verdes de adobe y de sol,
amarillo de fruto y paja, siembra y siega.
Mi Delta, vida y belleza… única.
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