Hoy he hecho un pecado venial… porque no puede ser muy punible tomar un carajillo, en día desapacible, de humedad y fina lluvia fría. Me he regocijado con los finales apoteósicos de las comidas pantagruélicas, y sólo ha faltado un chupito blanco y un habano verde, como mandan los cánones de los buenos sibaritas. Tiempo habrá para hacerme perdonar, con las verduras de proximidad, y los tristes vasos de puras aguas cristalinas del diario día a día…
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