Allá en el baile del pueblo, la observaba desde una proximidad discreta... Se ve bien, se curvea sana y lozana, y finge estar cansada... ha dicho que no baila a tres pretendientes. Parece que busca, espera, un paso firme, lanzado y convencido, y lo recibe, ya sin fatiga, y con cara de invite al abrazo y la danza… Mi santa madre, siempre genial, ella, me comentaba que cuando alguien quería bailar con ella, le podía leer perfectamente en la cara, su complicidad.
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