Pese a la lluvia, un circular sin paraguas,
un impermeable, por si las gotas se animan...
y teclean galopes de caballos desbocados.
Que tiempos aquellos del cielo de plata
sólo para los dos, pero bueno...
los recuerdos me traen emociones,
y el mismo pareado continúa,
ahora ya dando por hechos todos los propósitos
a los que el alma enamorada puso en envite,
y que se certificaron en un principio,
posiblemente bajo un supuesto paraguas
que cobijó lo que ya estaba definido y bendecido…
La lluvia siempre acoge, cobija, relaja,
la lluvia siempre va más allá del paraguas,
aunque no llueva a gusto de todos…
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