Por los campos de soledad discreta
asomaron los lirios por las ventanas,
y alguna amapola punteó
por los ondulados campos,
con pretensión de llanura,
verdes arrozales miran al cielo,
mientras una rana croa
y una culebra de agua
vislumbra su desayuno…
El sol se entromete entre las dudosas nubes,
las moreras se pueblan de verdes y orgullos,
la vida sigue y uno pide que no decaiga,
y entiende aquello de que alguien pidiera...
luz, más luz, más luz, más...
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