El mundo es como un oleaje,
llegan olas de amor y de amores,
y olas de penas y penurias,
y parece que es como una lotería
que tienes que aceptar
y consumir sin remedio.
Uno quiso pensar siempre
que se recoge lo que siembras,
pero a veces, tras los vientos
no hay calmas y tras las calmas...
tampoco están los orígenes malsanos.
Estamos en el baile y, teóricamente,
hay que bailar, pero yo no lo hago...
si no es contigo, mi ola querida,
mi única, bendecida y generosa ola.
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