Sufrí, bendito sufrimiento, el acoso de un parpadeo,
y vi complacido como se introducía en mi,
una esencia de sol, portador de aromas
de las rosas frescas de las primaveras primeras…
Y en mi inconsciencia, bendita inconsciencia,
vi que me impregnaba de ti, y vi un yo hecho tu,
como aquella definición del amor que leí alguna vez:
Hacer de tú otro yo, o del yo, otro tú, mejor, un nosotros…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada