Me encantan los matrimonios jóvenes, rondando los treinta, y que llevan un hijo en el carrito, y otro de pocos años, correteando entre ellos. Parecen felices, sanos, jóvenes, podrían tener algunos más, y los querrían sin distinción… y uno piensa, ojalá tengan salud y un buen trabajo, para darles una mesa sana, y una escuela que les impregne de libertad y saber. Cuando uno empieza a ajarse, siempre le gustan los brotes tiernos en edad de merecer, lo bueno y mejor de la vida…
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada