¡Oh, el amor enamorado y vivo!
Se deshace en atenciones múltiples
hasta desatar, cruel,
el sentido del ridículo…
¡Cuánto te quise entre los vuelos
de las mariposas incontroladas!
¡Cuánta luz emanaba tu amistad,
tu trato correcto, tu proximidad dulce!
Un día se cerró el cielo y la esperanza,
con confianza,
mientras te servía un refresco,
me dijiste que querías a otro…
Fue con naturalidad,
haciéndome partícipe de tu confianza,
mostrándome tu alma…
Y yo, te quise tanto que,
entre lágrimas internas,
te visioné feliz… con otro,
y me sentí… como bien…
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