Después de los fracasos profundos,
por donde circularon los inciertos y las desdichas,
queda un poso congelado de fríos…
Algún día empezará el deshielo
y el corazón volverá a ser cálido,
y regresarán las mariposas
para producir nuevos cosquilleos…
Siempre hay un más allá más lejos,
o un cercano mañana a la vuelta de la esquina.
Siempre un agua apaga un fuego,
siempre un ápice de la fragua atento
para vulcanizar la parvedad…
Después de la tempestad, la calma.
Luego, las mariposas hacen el resto…
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