Qué bonitas las alegrías de la huerta en flor…
mejor en fruto, y el arroz al secadero..
o quizás a la era como siempre.
Qué bonitas las vendimias doradas, o negras,
de vinos que vienen a dignificar mesas y comidas.
Qué bonita la lluvia que lo hace posible,
y el payés que lo ingenia y lo borda.
Qué bonito el canal que acerca el agua,
y el humano que no la desperdicia.
Qué bonito el día que amanece temprano…
y es corto pese al tiempo hasta la noche.
Qué bonitas las sonrisas de la vida,
con fruto y lluvia, uva y día, de vino y rosa…
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