Y llovía, llovía, fina, con gracia.
La inmensa ventana que da al patio,
acariciada de rocío en sus cristales,
da la sensación de la paz del refugio…
Se ha dormido bien…
en la monotonía cansina
del goteo suave y bello.
No hablaré de la barbacoa, sólo plancha,
pero igual haremos los honores.
La lluvia nos recoge y aproxima,
la gente habla y el celular descansa,
la tablet duerme y el ordenador espera.
La semana promete "otoñear",
y la bicicleta tendrá que esperar.
Se acabó el verano… ¡viva el otoño!
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