Soy un senderista que nunca termina los senderos,
porque me quedé por los atractivos andurriales,
entretenido y extraviado por la paz...
que se descontó el tiempo de las precipitaciones.
Pues eso, lo hice, aquello de subir en un metro
y bajar en la quinta estación, o en otra, no importa,
y perderme por la calle nueva del placer desconocido.
Después, preguntando se va a Roma, o al bar de la esquina,
o al taxi que te lleva a la rutina…
Me encantan los senderos y las calles nuevas,
me encantan los bosques, incluso los urbanos...
de cada día, de cada noche…
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