Flores, música, luces, fotógrafos.
Trajes nuevos, fiesta, burbujas en copa,
sonrisas, deseos, anhelos,
familia, amigos, personas, humanos…
Acaba el año, y empieza el otro,
cargado de buenos propósitos:
Perder esos kilos de bar,
por lo de las tapitas con vinos o cervecitas,
dejar de fumar, ir al gimnasio, coger la bici,
visitar los senderos a buen ritmo,
porque el que mueve las piernas...
mueve el corazón…
Todos los excesos son malos,
y diría que todas las inhibiciones también.
¡Sean moderadamente felices, o más!
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