Y como no, beber de la delicia,
y acordarse de aquellos ojos limpios,
que parecían escondidos, reservados,
a mi abasto en rigurosa exclusiva…
Como una primavera que asoma tímida,
como una luz en progresión que embellece
los claroscuros de lo indefinido aparente…
Como el despertar al mundo de una niña,
que explota en fenómenos de alucine,
para que los intrépidos viajeros sin destino,
encuentren un inicio de norte…
Ya lo saben, la vi tras un libro,
era una estampa casi bucólica,
en un tiempo de risas y despropósitos,
y de verduras sin campo…
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