a merced de los rápidos del río.
Sueños cobardes que pululan por la noche,
paseando sus miedos invencibles, vergonzosos.
Caras amargas de la sinrazón,
que bendice la impotencia irracional.
Amanecer que se trae la luna...
a trozos de concordia con luces muertas.
Letargo de la evidencia que sigue durmiendo...
en el cuarto oscuro de los trastos puramente inútiles.
Despertar con borrón y cuenta nueva,
y perder los apuntes y todas las lecciones en estudio.
Cosas mías, incoherentes todas, posiblemente…
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