Me hablaron de ella, como se habla...
de las flores en primavera reciente,
y cuando un día oí su voz,
en las cercanías de las tertulias
de las noches prolongadas,
me invadió una dulzura penetrante
que me hizo oídos ávidos de tanta musicalidad.
Busqué contactos de proximidad,
ella estaba, digamos así… como receptiva,
o era su condición habitual,
de clase amable y educada, noble.
Nos presentaron...
y en mis tiempos nos dábamos la mano,
y yo recuerdo sus manos que hablan y acarician,
como diría mi buen amigo y gran poeta Antonio Pérez.
Hablar con ella fue mejor de que me hablaran de ella,
es como el libro y la película...
suele ser mejor el libro,
porque la película puede dar otra interpretación
de las esencias creadoras del autor,
así que, en vivo y en directo, te vi tal cual,
mejorando todas las perspectivas adjetivadas...
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