dilluns, 12 d’octubre del 2015

Esperar el día

Cabalgo por la noche oscura
buscando las luces escondidas,
tras apenas una puerta pequeña,
con anuncio intermitente,
entro y veo un sector activo...
que empieza el día de la noche,
con todo despierto menos el alma,
que duerme mecida...
por las ondulaciones del neón interminable
de aquel mundo tan aparte, tan activo.
Salgo rápido del entorno,
con mi nave de cabalgar las noches,
y regreso a la noche sin día,
y, a éste, lo espero contigo, despierto,
contento, ufano, dichoso, de feliz regreso.

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